miércoles, 26 de noviembre de 2014

Quien se me muda la consigue… ¡o eso espero!


Sé que he estado un poco desaparecido después de la declaración de intenciones que hice hace poco, decidiéndome a retomar el tema del blog de nuevo de manera más asidua, pero es lo que tiene mudarse. Y esta ha sido una de las gordas. Desde el 1 de octubre vengo habitando una nueva ciudad en un nuevo país, por lo que comprenderéis que no he tenido demasiado tiempo en este más de mes y medio de parar un rato y escribir algo medianamente decente.

Algunos de vosotros sabéis la cruz que tengo yo con el inglés, que es cosa mala. Y después de infructuosos intentos de estudiarlo por mi cuenta, intentar escribir posts en inglés y demás chorradas que se me han ido ocurriendo con el paso del tiempo, he decidido hacer las maletas, coger a mi novia de la mano y venirme a vivir a Reino Unido, que un poco de aventura no le viene mal a nadie… y si encima aprendes inglés de un bendita vez, mejor que mejor.

Así que en esas estoy, viviendo en Mánchester, una ciudad que estoy seguro que va a dar de comer a este blog mucho, ya que arquitectónicamente es riquísima y muy interesante, con milenios de historia que enriquecen su arquitectura mucho más y con un plan de regeneración urbana al estilo del de Bilbao que está trayendo al mundo propuestas y contrastes urbanos que me tienen loco. Desde su Ayuntamiento y su Catedral de estilo gótico los dos, pasando por la zona de Salford Quays, mucho más actual y que guarda unos tesoros de la arquitectura más moderna que se puede encontrar, Mánchester es una ciudad altamente recomendable para todos los que nos gusta la arquitectura… porque aquí no todo es el United o el City, gracias a los dioses.

Poco a poco iré escribiendo sobre ella, lo que me vaya permitiendo el tiempo libre que tenga, que aquí también hay que trabajar para poder mantenerse (quién lo iba a decir).

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