viernes, 5 de diciembre de 2014

La iglesia rebelde de Cartagena

Por José Sánchez Conesa "El tío del saco"

 


La barriada de Vista Alegre celebra cada año sus semanas culturales bajo el impulso del cura Antonio Bermejo. Entre flamenco, trovos y teatro siempre hay lugar para la reflexión sobre nuestro mundo y en una ocasión vino desde Madrid Juan José Tamayo Acosta, catedrático de Teología de la Universidad Carlos III y escritor. Su conferencia se titulaba 'Fundamentalismos religiosos', pero no se limitó a las religiones. En este punto conviene recordar que el propio Tamayo es víctima, como otros muchos teólogos de la propia institución eclesial, que les obliga a guardar silencio y les prohíbe enseñar en sus centros académicos. Gran parte de estos males provienen de la infabilidad del Papa en materia de doctrina de fe y costumbres, definida en los Concilios de Trento (1545-1563) y Concilio Vaticano I (1869-1870). 


Analizó otros fundamentalismos como el mercado, que hereda los atributos que identifican a Dios como la omnipotencia, la omnisciencia, la omnipresencia y la providencia. 

Los pueblos de la Antigüedad ofrecían culto a sus dioses mediante sacrificios humanos, en la actualidad se sacrifican vidas humanas en las regiones empobrecidas en el altar de este dios que todo lo puede, todo lo sabe, está en todo y es dueño de nuestro destino. Pero además están los fundamentalismos culturales, patriarcales o los científicos, que nos llevan a los occidentales a creernos superiores al resto de pueblos y con derecho a gobernarlos. El patriarcado toma al varón como la referencia de lo humano, conduciendo a las expresiones de violencia sobre mujeres y niños. No es casualidad que Dios solamente se revela en las grandes religiones a través de los hombres. Pero para Tamayo todos los fundamentalismos se complementan y retroalimentan. Y todos se reunieron en la presidencia de Bush, hijo. Pero hay signos de esperanza en los Foros Sociales Mundiales, regionales y locales, porque otra globalización es posible en la que se vayan diluyendo las diferencias entre países pobres y ricos. 

Al servicio de estos encuentros anuales se han puesto grandes intelectuales como Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía o Noam Chomsky, filósofo y lingüista. Habló de los Parlamentos de las Religiones del Mundo, porque son importantes reuniones en las que se busca el diálogo de todas ellas bajo el criterio ético, como dimensión básica para certificar la validez de una religión. Los dogmas llevan a las guerras y los consensos éticos llevan al diálogo. El Foro Mundial de Teología y Liberación ocupó la atención del conferenciante, que es un experto en dicha materia, con un texto especifico dedicado: «Para comprender la teología de la liberación».

Vista Alegre, el 'epicentro'
El templo parroquial de Vista Alegre, convertido en un salón cultural durante la semana, estaba lleno de cristianos progresistas de la ciudad y los barrios, gentes del colectivo de educación de adultos Carmen Conde, Plataforma contra los Desahucios, sindicalistas, personas comprometidas con la política y la cultura. Esta circunstancia nos da pie para evocar y valorar la aportación que ha realizado este sector eclesial a la historia contemporánea de Cartagena y su comarca, aportando militantes en los sindicatos de clase y partidos de izquierdas, clandestinos en los años finales del franquismo. Cristianos de base que animaron y animan el movimiento vecinal y cultural y que se han visto retratados en el número 16 de la revista de estudios e investigación 'Cuadernos del Estero', que dirige Francisco Henares. Él mismo ejemplifica en su vida la experiencia de irse con otros franciscanos a vivir a un barrio marginal como Villalba, siguiendo a su profesor José María González Ruíz: «La teología que no se va a la mierda, es una mierda de teología». Con perdón. La tarea de la Iglesia «no se constriñe sólo a la salvación de las almas, de una en una y a hacer que accedan a los sacramentos, sino engarzando con eso, en potenciar la promoción integral de la ciudad: la higiene mental, la socialización de los bienes, la ayuda al desarrollo, la defensa urbana de los barrios marginados, la lucha por la paz y la convivencia pacífica como norte, instaurar una nueva cultura, unos nuevos valores». Henares dixit. 

Estudio de las comunidades
Unos números después esta publicación recogió el escrito de Ginés González Pérez 'Historia de las comunidades de base. Campo de Cartagena', dedicado esta vez a la experiencia en pueblos como Torre Pacheco, Pozo Estrecho, Los Alcázares, El Albujón, Roldán, Dolores de Pacheco, El Jimenado y La Palma. Allí se constituyeron grupos cristianos que partían de la insatisfacción como miembros de esas parroquias que solo les ofrecían la misa dominical, la vivencia solitaria e individual de una fe un tanto infantilizada. 

Bajo la luz renovadora que supuso el Concilio Vaticano II y las aportaciones de teólogos como el propio Tamayo, Juan Mateos, Leonardo Boff, Jon Sobrino o Ignacio Ellacuría emprendieron un camino comunitario y comprometido en Murcia Acoge, Cáritas, Torre Nazaret, asociaciones de vecinos, de padres y madres de alumnos, comité de solidaridad Óscar Romero, etc. 

También un servidor recogió en su libro 'Historia del movimiento vecinal de Cartagena y comarca', que publicó la editorial Corbalán, la aportación de los cristianos de base en la base de la sociedad: los barrios y pueblos, junto a los más necesitados.

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