jueves, 26 de febrero de 2015

Asmodexia, la sobria

Por Ramón Ruestes Faire


Película de obligado visionado. Su presencia en el paradisíaco Festival de Cine Fantástico de Sitges de este año ya incita a eso. El género de terror siempre bien recibido en mis retinas y la presencia de Irene Montalà ya terminan de determinar mi apuesta por ella. Cabe destacar por último un tráiler realmente terrorífico.

Irene Montalà me llamó mucho la atención en su participación en el fantástico El Internado (2007 – 2010) y tenía ganas de verla en la gran pantalla. Aunque tenga una dilatada carrera en cine, televisión y teatro, no he tenido ocasión de ver su trabajo fuera de ese agobiante internado.

La película muestra un ambiente sobrio, donde se presume que la poca luz o nitidez va a ser un aspecto más del film. A ese ambiente sombrío se le suman los gritos en escenas de posesiones o similares. Dicho ambiente en vez de ayudar a la trama, convierte el film en algo pobre, dado que ni la trama ni los personajes están a la altura.

El reparto está encabezado por Lluís Marco, cuya interpretación de Eloy de Palma le viene que ni pintado. Acierto en dicho aspecto, aunque su personaje es completamente plano, signo desgraciadamente distintivo del film. Claudia Pons interpreta a Alba, la cual por su participación a lo largo de la trama podríamos catalogar de coprotagonista, aunque no por su papel. Es un complemento de Eloy de Palma, un complemento completamente vacío. Entre los dos acaparan la escena durante gran parte del film.

Como secundaria de lujo está Irene Montalà interpretando a Ona. Secundaria básicamente por no compartir escena con los dos anteriores. No se tiene claro su papel hasta el final. Se pasea por la escena en algo similar a las posesiones pero sin pena ni gloria. Cuando se determina su rol al final, te das cuenta que se ha desaprovechado su potencial. El resto de los personajes mantienen el bajo nivel de los principales.

Tanto Lluís Marco como Irene Montalà podrían desarrollar sus personajes a la perfección si la película así lo hubiera exigido, pero desgraciadamente no ha sido así. Esta es una de las lacras del film.

La trama en sí es desconcertante desde un principio lo cual, junto con el ambiente, claramente es uno de los objetivos de la película. Los paseos de Irene Montalà por la escena se podrían asimilar a los paseos de Eloy y Alba. En la trama vemos a gente ir a pie de un lado para otro, sin más. Los exorcismos, reclutamientos o liberaciones que se van sucediendo son una oportunidad desaprovechada. La película busca jugar tanto al desconcierto que pierde bazas importantes por el camino.

Al final el film intenta dar un giro, aunque es difícil dar un giro a la trama cuando no te ha quedado clara la original. Cuando le encuentras sentido a todo te queda la sensación de que se podría haber desarrollado de otra forma mucho más acertada.

El género se estipula de terror de forma correcta, ya que no se puede catalogar la película de otra cosa. Dicho esto, la película, contradiciendo el tráiler, no da miedo. Cuatro gritos o cuatro posesiones por sí solas no crean una situación de miedo en el espectador.

En resumen, el ambiente sobrio y el desconcierto son las grandes bazas de la película, aunque sin éxito. El reparto claramente desaprovechado y los personajes completamente vacíos. Película muy justa.
 
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