jueves, 2 de abril de 2015

Dios o lo Absoluto


PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA PULSA AQUÍ.


Petronilo- ¡Impresionante! Nunca había visto la catedral así.

Eremita- Es jueves santo, un día muy especial para los cristianos.

Petronilo- Aunque más impresionante aún es que me hayas traído aquí. No creí que te interesara tanto la religión.

Eremita- ¿Por qué no? Nada de lo humano me es ajeno. Y lo sobrehumano menos.

Petronilo- ¿Crees que todo esto es algo más que un enorme invento de los hombres?

Eremita- Tal vez lo sea. Pero la gente no inventa cosas sin alguna razón.

Petronilo- Bueno, la razón está clara. La religión es el opio del pueblo, decía no sé quien.

Eremita- Tal vez. Pero hay algo más. Si no, no podría ser un opio tan poderoso.

Petronilo- ¿Qué quieres decir? No me vas a decir que tú, con lo sensata que eres, crees en Dios.

Eremita- Depende de lo que entiendas por Dios. Y por sensatez.

Petronilo- ¿Te parece sensato creer que ese señor que aparece pintado en ese cuadro de allí creó el mundo de la nada?

Eremita- ¿Y a ti, te parece sensato creer que el universo y tú y yo estemos aquí porque sí, sin razón ninguna?

Petronilo- Mujer, eso lo explica la ciencia. El Big bang, la evolución, ya sabes.

Eremita- No sé. La ciencia explica cómo ocurren las cosas, incluso cómo se originan. Pero no explica la razón de que existan, ni aquello para lo que existen. ¿Te has preguntado estas cosas alguna vez?

Petronilo- Bueno. Desde que te conozco me hago muchas preguntas.

Eremita- ¿No te alucina que exista... todo... el mundo entero, quiero decir, el universo, con sus leyes, sus colores, sus estrellas... Y con nosotros dentro, haciéndonos estas preguntas tan raras?

Petronilo- Es un misterio, tienes razón.

Eremita- No es "un" misterio. Es "el Misterio". Cuando pienso mucho en eso no me salen ni las palabras. Es... es increíble.

Petronilo- ¿Y que exista un Dios que lo ha hecho todo te parece menos increíble?

Eremita- (Sumida en sus pensamientos, como para sí) Pienso que tiene que haber algo que resuelva ese misterio, llámalo como quieras, "la Razón de todo", por ejemplo. Pero, eso sí, no podría ser como nada de lo que conocemos... y, a la vez, serlo todo... Sería algo tan, tan por encima de ti y de mi y de las cosas... pero al mismo tiempo tan presente en ellas... (Sale de ese estado de meditación) Oye, no me hagas mucho caso. Igual tengo el día místico.

Petronilo- Es imposible no hacerte caso, con esta música y este rayito de luz que te da en la cara... Además, sabes... (con vergüenza de enamorado) que te tengo en un altar...

Eremita- ¡Anda, zalamero! ¿Y luego dices que no eres religioso?

Petronilo- Oye, vamos a la puerta, que se oye música y están por ahí Primitiva y Crisantra.

Eremita- Vale. Debe ser la procesión. [Se oye música de procesión, cada vez más cerca]

Petronilo- (A gritos) ¡Eh, Primitiva, Crisantra!

Todos- ¡¡Ssshhh!! 

Crisantra- Hola.

Petronilo- Hola.

Primitiva- ¡Callaos!

Petronilo- ¿Pero a ti te gusta esto, Primi?

Primitiv.- (Exageradamente emocionada y molesta) ¡Que te calles ya, hombre!

Petronilo- (a Eremita, extrañado por la conducta de Primitiva): ¿Y esta? (refiriéndose a Primitiva).

Eremita- Ah... (con misterio) ¡Misterio!... Anda, dame la mano. Y calla.


¿Por qué hay ser, y no más bien nada? --clamaba el filósofo Leibniz-- ¿Por qué existen las cosas y por qué son como son? El asombro ante el misterio de la realidad es lo que conduce al hombre a la filosofía, decía Aristóteles. La pregunta por la razón o el principio de todo parece inevitable. Ninguna conciencia humana puede salvarse de esta pregunta ¿Pero es posible darle respuesta?

La religión y la filosofía parecen representar, a este respecto, dos caminos distintos. Para la religión, la respuesta, Dios, se toma como dato, y es fundamentalmente un asunto de fe. En la filosofía, la noción de Dios adquiere un carácter más abstracto y racional, y está permanentemente sujeta a discusion. Así, si bien la mayoría de los grandes filósofos han asumido posiciones teístas, la nómina de filósofos agnósticos, o ateos, ha ido acrecentádose en los dos últimos siglos.

Tradicionalmente, la idea de la existencia de Dios, esto es, de una entidad perfecta y trascendente al mundo, entendida como principio y finalidad de todo lo que existe, se ha sostenido en orden a dos tipos distintos de argumento.

Desde una perspectiva puramente lógica, y tal como rezaba el polémico argumento de Anselmo de Canterbury, resultaría inconsistente concebir a un ser absoluto que careciera de existencia. Si no existiera, no podría ser concebido como absoluto. Así, al concepto de Dios le correspondería la propiedad de la existencia, del mismo modo que al de triángulo tener tres lados.

El argumento anterior fue pretendidamente refutado por otros filósofos que, no obstante, volvían a afirmar la existencia de Dios a partir de otros argumentos, cabe decir, más empíricos. Dado que el mundo se nos da a la experiencia como una serie finita de sucesos causalmente encadenados, ¿no deberíamos suponer una causa primera de todo, una causa incausada y, como tal, estática y perfecta? Filósofos contemporáneos como Whitehead han actualizado este tipo de argumentos. Si el mundo tiene una razón para ser, y para ser como es, esta razón o principio no puede ser un elemento más del mundo, sino algo, cabe decir, que lo configura y origina "desde fuera"; algo, en otras palabras, "trascendente".

Frente a estas posiciones teístas, el más conocido filósofo ateo, Jean Paul Sartre, afirmaba que puestos a elegir entre Dios y el absurdo, la única opción racional era admitir el absurdo, la nada. El mundo y la existencia humana carecerían, así, absolutamente de sentido. Para otros pensadores, la razón del mundo es inmanente al propio mundo, y se agota en lo que puede explicar la ciencia, por lo que se podría prescindir perfectamente de la noción de Dios. Ahora bien, ¿podría un universo contingente, tal como el que describe la ciencia, ser la razón de su propia existencia? ¿Podría, la misma ciencia, explicar la necesidad y trascendencia que se presupone a las propias leyes científicas? ¿Podría ser el orden cósmico fruto del azar y la nada?

¿Qué opinas? ¿Podríamos explicar satisfactoriamente el mundo sin acudir a la idea de un Dios o Absoluto como origen y razón de todo? ¿Es más razonable ser ateo que ser creyente? 

Guión: Víctor Bermúdez. Actores: Jonathan González, Eva Romero, María Ruíz-Funes, Laura Casado. Voces: Chus García, Víctor Bermúdez. Producción: Antonio Blazquez. Música sintonía: Bobby McFerrin. Dibujos: Marién Sauceda. Idea original para Radio 5: Víctor Bermúdez y Juan Antonio Negrete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario