jueves, 2 de abril de 2015

Fear... ¿el listón que dejas?

Por Raúl S. Saura


Como todo el mundo sabe, la actual era dorada de la televisión comenzó en 1990 con Twin Peaks (David Lynch, ABC) y avisan plataformas como Neftlix y Amazon con continuarla. Un futuro novedoso, que despierta curiosidad y que quizás logre reemplazar el presente por completo. Y cuando hablamos de presente nos referimos a las televisiones de cable, en su mayoría estadounidenses (all due respect to the BBC), y en concreto a la HBO, que ha parido obras decisivas de las dos últimas décadas como The Sorpanos, The Wire, Six Feet Under, Game of Thrones, True Detective, Boardwalk Empire, Curb Your Enthusiasm... y así podríamos continuar. Ha sido, sin lugar a dudas, la gran capo de la calidad televisiva sin, hasta ahora, prácticamente ninguna competencia. 

¿Ninguna? Una pequeña cadena aguanta estoica el tremendo envite y la alargada sombra con sus mismas armas. Ni FX ni Showtime, si alguien ha sabido aportar un continuado correr de arena a esta etapa de prodigios ha sido la AMC. De su mano los seriéfilos de medio mundo hemos disfrutado de tres series imprescindibles como Breaking Bad, Mad Men y The Walking Dead. Respaldando tamaña conjunción de talentosos guionistas, directores, actores y oportunos productores, ha sabido echarle un pulso a los todopoderosos mandamases de la HBO con bastante tino, incluso en algunas ocasiones ha parecido que les pasaba por encima. Heisenberg, Don Draper y compañía se encontraban en la cresta de la ola, no conocerlos implicaba no existir en determinados círculos y, a distintas velocidades, han entrado con pleno derecho en el Olimpo de la televisión. 

Sin embargo, Breaking Bad se despidió en 2013, a Mad Men le queda solo un año y The Walking Dead, antaño mera gallina de los huevos de oro, pasa a convertirse en el buque insignia en un esfuerzo titánico a más no poder. Pero, a fin de cuentas, mientras tanto los rivales mantienen Game of Thrones, Girls, Louie y en cualquier momento son capaces de presentar algo que revolucione el mundillo por enésima vez consecutiva. A día de hoy, House of Cards apenas les rasga las vestiduras mientras la AMC pierde efectivos cada temporada. El panorama de cara al futuro no invita al optimismo; otros productos como Hell on Wheels o Halt and Catch Fire no despiertan el mismo interés. 

A día de hoy, la cadena propiedad de la AMC Networks ha planeado un evidente plan de supervivencia y mantenimiento para los próximos años. Dos series, en concreto, con las que aspiran a atrapar a varias masas seriéfilas incluso antes de su estreno: Better Call Saul y Fear The Walking Dead. En efecto, dos spin-offs de Breaking Bad y The Walking Dead, respectivamente. La jugada, cuando menos, es conservadora.

Conocen a la perfección los mejores productos que han ofrecido y podrían ofrecer y, calculando probabilidades, son conscientes de que reeditar la misma grandiosidad desde los cimientos es casi imposible. Por ello optan por explorar, posiblemente hasta sus límites (o, desgraciadamente, más allá de los mismos), los universos dejados atrás. De Better Call Saul, a punto de cerrar su primera temporada, ya hablaremos en su momento, aunque que las tribulaciones del bueno de Saul Goodman sean capaces de hacer olvidar el siniestro sendero emprendido por Walter White hacia la destrucción es lícito dudarlo. 

Y ya el caso de Fear resulta aún más evidente: la misma trama, la misma idea... fácilmente podrán estructurar temporadas enteras con las ideas desechadas en la original. Mientras tanto, a vivir que son dos días. Sabrán atraer a los fans incondicionales de ambos shows, pero despertarán muchas dudas en aquellos que comiencen a cansarse de las fórmulas conocidas. A falta de saber qué será de ambas nuevas producciones, la impresión hasta ahora es esperpéntica: para renovar, lo mismo. Innovación cero en un mundillo que se transmuta constantemente. Quizás sirvan para financiar proyectos ambiciosos, quizás se conviertan en obras capaces de mirar a los ojos a los padres, pero, si este es el único plan manejado, el futuro augurado para la AMC es desolador, porque el futuro no se construye a base de spin-offs. Es comprensible que teman el listón dejado, ¿pero qué harán cuando estas benjaminas lleguen también a su fin? ¿Un spin-off del spin-off? El tortazo suena desde aquí.


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