sábado, 11 de abril de 2015

Tyrion Lannister, ese superhombre

Por Raúl S. Saura

Absténganse quienes no hayan visto las cuatro primeras temporadas de Juego de tronos.


Manifiesto mi más profundo desacuerdo, en nombre de todos los seres grotescos del mundo. ¡La muerte es tan... definitiva! Mientras que la vida está llena de posibilidades. Tyrion Lannister

Se me viene a la memoria el momento cuando, durante la batalla de Aguasnegras, Tyrion, de la noble y rica casa Lannister, increpa a quienes se burlan de él llamándole mediohombre por su escasa estatura. Y es que no solo es enano en la serie de televisión Juego de tronos, además deforme en los libros. "¿Qué dice eso de vosotros?", espeta. Porque Tyrion es mucho más que ellos y que nosotros.

En aquella batalla bien pudimos apreciarlo: este personaje al que se le coge cariño organizó la defensa de Desembarco del Rey y supo imponerse sobre un brillante estratega como Stannis Baratheon, con cuya amenaza sobre la ciudad terminó. Pese a las dificultades sufridas, pese a los inconvenientes, combatió lo que se le oponía y venció, como ha hecho a lo largo de toda su vida.

Tyrion Lannister ha aguantado desde la cuna el desprecio de su padre, el regio Tywin, y de su hermana Cersei, las acusaciones de haber matado a su madre al nacer... Pero no consiguieron desanimarlo, se resistió y sobrevivió rodeado de personas que deseaban verlo muerto. No fue algo sencillo, hubo de defenderse con su agudo intelecto y su sentido del humor y confiar en que, cuando no le observaran atentamente le dejarían hacer lo que le viniera en gana. Al fin y al cabo, resulta obvio que si se aferró a la vida fue porque siempre estuvo enamorado de ella.

Un auténtico vividor, al enano predilecto de millones de personas y magistralmente interpretado por Peter Dinklage le gustan el alcohol, los libros y las mujeres, es un firme defensor de la vida, como el superhombre imaginado por Friedrich Nietzsche. La comparativa no queda fuera de lugar, y es que ambas figuras comparten muchos puntos: tanto el pequeño de los Lannister como el filósofo nacido en Röcken (quien se veía a sí mismo como superhombre, claro está) soportaron un ambiente familiar desestructurado, ingrato y arduo. Sufrieron en vida por sus respectivas condiciones: de enano en el caso de uno, de enfermo en el del otro. Inquietos, viajaron sin encontrar el lugar en el que sentirse cómodos, tomaron decisiones arriesgadas que les costaron el aislamiento, por más que amaran nunca encontraron una compañera estable como desearon, sí a otras más breves y furtivas... En fin, vivieron lo que pudieron y debieron imponerse sobre infinidad de dificultades pero, a su manera, resultaron victoriosos. 

Tyrion, al fin y al cabo, derrotó a auténticos estadistas de los Siete Reinos como el mencionado Stannis o incluso a su propio padre, supo jugar el juego de tronos como Mano del Rey y ágilmente salvar la ciudad y a su familia que no le quería. No carecía de principios, se caracteriza por ser una persona con ética, pero no por ello no tiene de astucia como Ned Stark: conoce el mundo en el que se mueve y emplea sus energías para neutralizar aquellos aspectos cuestionables. No es un escapista, al igual que el nietzscheano afirmador de la vida. 

Cuida de los desfavorecidos como él, aquellos a los que han sido denegados derechos de primera clase, como el bastardo Jon Snow o el paralítico Bran Stark, lo cual no debe entenderse como una contradicción con la siniestra máxima aquella de "los débiles deben perecer y, lo que es más, se les debe ayudar a perecer", que tendría aquel uso por parte de los nazis. No, la debilidad por bastardos, tullidos y cosas rotas puede quedar interpretada como algo completamente distinto. ¿Qué debilidad hay en personajes tan fuertes como Jon o Bran? Más bien Tyrion comprendió la parecida situación a la suya que estos padecían y quiso ayudar, porque percibió potencial en ellos, algo de valor, como en él. Y no se equivocó.

Porque este enano burlón y con recursos es un afirmador de la vida a toda costa, de la suya hasta verdaderos extremos contra aquellos que se la niegan, como ya sabemos. No procura ningún mal per se, pero defiende aquello que debe ser defendido por más desgarro que genere. Es un hábil estratega, listo y, algo infrecuente en Poniente, buena persona. Ahora, al comienzo de la quinta temporada, le espera una nueva aventura tan solo como siempre tras un acontecimiento crucial. Es un parricida, no podemos considerarlo del todo bueno por ello pero seguiremos haciéndolo porque, como siempre, solo se ha defendido de las injerencias de los demás. Y es que este mediohombre bien se trata de todo un superhombre.

¿Fue esto la vida? ¡Muy bien! ¡Otra vez! Friedrich Nietzsche


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