miércoles, 21 de mayo de 2014

“OCHO APELLIDOS VASCOS Y EL CINE” (Por Mari Sánchez)


En un país en el que ir al cine cuesta más que comer durante tres días, la gente es cada vez más selectiva con la película que va a ver al cine. Durante semanas hemos visto por activa y por pasiva fragmentos de la película “Ocho apellidos vascos”, un film con marca española que prometía hacernos reír a carcajadas en cada una de sus escenas.

Un sevillano muy salao que se enamora de una vasca con muy mala leche y que se ve en el “marrón” de fingir ser su pareja ante el padre de ésta por una boda que nunca llega a celebrarse.

Una película entretenida que no recuerda a todas esas películas españolas en las que el sexo es el protagonista y el amor es un actor secundario. En esta peli podemos ver un conflicto entre de dos ciudades en las que sus ciudadanos se distinguen literalmente por el carácter de sus personalidades.

Quizá ese es el atractivo de la película, aunque vayamos con una crítica personal: Ni soy sevillana ni he ido nunca por País Vasco, quizá para ellos la película adquiera un poquito más de entusiasmo por el hecho de que se ven reflejados (unos más que otros seguramente), pero para mí es una película más, una de esas pelis que ves en casa y pasas un rato divertido y echando alguna risilla.

¿El cine? Es difícil decirlo, pero nos han prometido más de lo que en realidad nos han dado, es la película más taquillera del cine español en mucho tiempo, más porque nos la han metido por los ojos una y otra vez, hasta el punto de que no verla pudiera parecer que te excluía de la sociedad en la que vivimos, “¿no la has visto? Buaff, pecado mortal”.

Eso sí, es de justicia hablar de los protagonistas, dejadme que diga que Dani Rovira clava el personaje de Rafa (Antxon), tanto en el papel de un sevillano hasta la médula hasta en el de un sevillano que se hace pasar por Vasco (espectacular).

Un poco menos me gustó la interpretación de Clara Lago, que es una vasca a la que le cuesta enamorarse de un sevillano que hace todo lo posible por conquistarla, claro está que el personaje de Amaia daba menos juego que el de Rafa.

Respecto a los demás protagonistas, gran papel interpretado por Karra Elejalde, que estaba en su salsa haciendo del padre de Amaia, un vasco que exigía un yerno con ocho apellidos vascos pero que demuestra tener su corazoncito.

Y por último la gran Carmen Machi, predilección tengo por una actriz que no necesita demostrar nada más porque toda su carrera es un éxito de personajes, y éste no iba a ser menos. Merche, una andaluza adoptada en el País Vasco, que finge ser Anne para ayudar al personaje de Rafa a conseguir sus objetivos para no ser descubierto. Impresionante como siempre Carmen en su papel.

Ésta es la crónica bajo mi opinión de una película que no cumpliendo todas las expectativas que yo misma me había creado, consigue salvar un guión que cambia mi concepción de lo que es verdaderamente una película española.

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