sábado, 26 de julio de 2014

Astérix y los Pictos

Por Andrea Leda Gómez Martínez

Título: Astérix y los Pictos.

Título original: Astérix chez les Pictes.

Autores: Texto de Jean-Yves Ferri y dibujos de Didier Conrad.

Editorial: Salvat.

Número de páginas: 48.

ISBN: 9758421679111.

¿Sabías que...?: Es bastante común que en las aventuras de Astérix y Obélix aparezcan grandes personalidades caricaturizadas. Hemos podido ver a los Beatles, a Jacques-René Chirac, a Sean Connery, a Fernando Pessoa, a Kirk Douglas y a los propios René Goscinny y Albert Uderzo.

Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda?... ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor.
       Y mientras los habitantes de la aldea de Armórica que conocemos bien plantan cara al severo invierno, Astérix y Obélix encuentran en la playa un gran bloque de hielo… ¡Con un hombre dentro! Gracias a los cuidados del sabio druida Panorámix, el misterioso recién llegado vuelve a la vida. Y como podíamos adivinar por sus cabellos pelirrojos y su extraña vestimenta, se trata de un picto llamado Mac Loch (un poblador de Caledonia, ahora conocida como Escocia). La llegada del apuesto y exótico joven revoluciona la vida de nuestros queridos galos (y sobre todo de nuestras queridas galas).
     Astérix y Obélix emprenderán un viaje lleno de aventuras para devolver a Mac Loch a su tierra y conseguir vencer al malvado Mac Abeo, el jefe del clan enemigo que pretende conjurarse con los romanos para apoderarse de toda Escocia.
    La publicación de una nueva historia de Astérix siempre es una buena noticia para los fans de los irreductibles galos, entre los cuales me incluyo. Sin embargo, da la impresión de que Astérix y los Pictos es un cómic un tanto huérfano, pues ninguno de los creadores originales de la célebre bande dessinée ha intervenido en su creación. Los guiones del mítico y tristemente fallecido René Goscinny son sustituidos por la labor de Jean-Yves Ferri. Didier Conrad toma el relevo del genial Albert Uderzo a la hora de dibujar este nuevo tomo de la famosa serie.
     Respecto a las ilustraciones de la aventura de Astérix por tierras escocesas, poco tengo que decir. Parece que Conrad ha sabido continuar con el estilo de su predecesor. Ante los ojos de un inexperto (como yo, pues no soy ni mucho menos una entendida) el dibujo podría pasar por el del  dibujante Uderzo.
      En cuanto al guión, sin duda Ferri ha respetado la esencia del tebeo francés. La trama de Astérix y los Pictos puede recordarnos a otras aventuras firmadas por Goscinny tales como Astérix en Hispania, Astérix en Córcega o Astérix y Cleopatra. Como ha ocurrido ya en otros tomos, Astérix y Obélix salen de la Galia para ayudar a un amigo en apuros. Durante  su estancia en el extranjero conocen la cultura y peculiaridades del lugar que visitan, mientras pegan algún mamporro que otro a los romanos.
     El característico humor de la BD francesa más leída del mundo también hace acto de presencia en Astérix y los Pictos. Los tópicos  y regionalismos anacrónicos que pueblan todos y cada uno de los tomos de Astérix no se echan de menos en esta nueva aventura. Los habitantes de las tierras de Caledonia visten el kilt, adoran la ropa a cuadros, beben whisky, juegan al golf e incluso tienen un adorable monstruo en su lago.
Y a pesar de que el guión de Astérix y los Pictos es fiel a la serie original, no llega a la altura de las historias y diálogos escritos por Goscinny, ni parece siquiera intentarlo. La trama carece de solidez, de cohesión. Los hechos se suceden sin llegar nunca a captar la atención del lector, que pasa las páginas más por amor a los héroes de la pequeña aldea gala que por verdadero interés. Muchos acontecimientos (como el encuentro con los piratas o la lucha contra los romanos) aparecen por rutina, por costumbre, sin un atisbo de originalidad o de frescura.
      De esta forma, Ferri parece tomar los elementos y clichés propios del  legendario cómic y soltarlos ante el lector para que éste pueda sentirse satisfecho y no quejarse demasiado. Sí, sin duda los personajes son los mismos. Sí, la idea de un viaje a Escocia encaja a la perfección con el espíritu de los cómics. Sí, la cultura escocesa aparece caricaturizada. Sí, Obélix pega a los romanos y come mucho y hay un banquete al final. ¿Pero es la suma de todo esto suficiente para crear una aventura gala? ¿O ha sido Astérix y los Pictos una caricatura de lo que debe ser un verdadero tomo de Astérix? ¿Debemos conformarnos con que los nuevos tomos sean fieles a la serie y no destrocen demasiado su esencia? ¿O solo deberían publicarse nuevas aventuras si se tiene una buena historia que contar?
     Reencontrarse con los temibles a la par que carismáticos Astérix, Obélix y compañía es siempre un placer, pero se sigue echando en falta en cada página la genialidad del gran Goscinny.

                                                                                                            

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