martes, 15 de julio de 2014

Quino y Mafalda: La pareja imparable (II)

Por Marisa Lobo


Joaquín Salvador Lavado (O Quino, como os dé) es el mayor ilustrador en lengua hispana de la historia. De sus manos ha salido la gran Mafalda a la que ya os introduje aquí y hoy voy a hablaros del creador, de la mente de la que salió todo esto.
Quino nació en 1983 en Mendoza, Argentina. Tiene la doble nacionalidad española desde los 90 porque sus padres son inmigrantes españoles que murieron a muy temprana edad. La ilustración le corre por las venas porque su tío, Joaquín Tejón fue también un renombrado ilustrador. Hacia 1945 y tras hacer la mili decide ir a probar suerte a Buenos Aires donde pasa penurias económicas durante tres años hasta que consigue su primer trabajo. “El día que publiqué mi primera página – dijo recordando su debut en el semanario Esto es, de Buenos Aires – pasé el momento más feliz de mi vida”. Poco a poco fue forjándose como ilustrador hasta que en 1962 consigue que el semanal Primera Plana comience a publicarle Mafalda como una tira fija. La popularidad de la tira es tal que se comienza a publicar de manera diaria en El Mundo y además se lleva a otros países y publicaciones, llegando a traducirse a más de 30 idiomas. En 1972 Quino decide dejar el personaje que tanto le había dado por la presión que conllevaba crear una viñeta diaria y por “falta de ideas”. Tras este periodo vive en Milán donde crea Mundo Quino que jamás llega a tener la repercusión de su primer trabajo, tras eso vive en Madrid de 1990 a 1992 pero vuelve a su Buenos Aires querido no sin antes preparar una exposición que contaba con figurines en 3D de sus personajes y publicar mi libro de mesilla (O mi mesilla de noche literal, que tamaño no le falta) TODO Mafalda. Recientemente ha sido galardonado con el Príncipe de Asturias a la comunicación y Humanidades, una medalla del Gobierno de Buenos Aires  y ha sido distinguido con la Orden de la Legión de Honor francesa, el mayor honor que se le puede otorgar a un extranjero.
Y como se dice “Por sus palabras le conoceréis” aquí tenéis tres de mis favoritas

“Tal vez algún día dejen a los jóvenes inventar su propia juventud”

"No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que si es necesario es pensar todo lo que se dice"

"Dejenme inventar"


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