Por Andrea Leda Gómez Martínez.
Título:
Bel Ami.
Título
original: Bel Ami.
Autor:
Guy de Maupassant.
Editorial:
Debolsillo.
Número
de páginas: 358.
ISBN:
9788499087504
¿Sabías
que…?: Se rumorea que Guy de Maupassant fue en realidad hijo del célebre
escritor Gustave Flaubert, creador de Madame
Bovary.
Georges Duroy se
siente asqueado. El apuesto y altanero joven lleva ya un tiempo en París y se
pasea de noche por sus calles con el pecho henchido de orgullo, pero con los
bolsillos vacíos. Tras servir dos años al ejército en Argelia, decide mudarse a
la capital francesa para hacer fortuna. Sin embargo, parece que la suerte no le
sonríe. Trabaja en las oficinas de los ferrocarriles del Norte, un puesto que,
si bien le permite sobrevivir, no considera digno de alguien de su talento y
pretensiones. Malvive en un pequeño piso lleno de manchas y sin apenas muebles.
Su única obsesión es salir de la pobreza. Sabe que solamente necesita un poco
de ayuda. Un pequeño empujón para poder escapar de la miseria que le rodea y
alcanzar los ambientes burgueses de la hermosa ciudad gala. Y después su encanto,
su vivacidad y su falta de escrúpulos harán el resto. Sólo desea llegar a lo
más alto.
El
joven lo conseguirá y, como escribió Sartre,
“En el ascenso de Duroy entendemos el declive de toda una sociedad”.
Por
casualidad Georges se reencuentra con Charles
Forestier, un antiguo camarada del ejército. Forestier trabaja para la
sección de política de un periódico en alza llamado La Vie Française y decide
abrirle las puertas del mundo de las rotativas parisinas.
De
esta forma comienza la aventura de Georges Duroy en busca del éxito. Y desde su
puesto de reportero irá progresando hasta codearse con la élite de la capital y
llegará incluso a formar parte de ella. En un mundo corrupto donde cada
personaje tan sólo se preocupa por sus propios intereses y donde todos se
esconden bajo una hipócrita máscara de buenos modales y maneras refinadas,
Duroy se encuentra en su medio ideal. Gracias a su talento para seducir a las
mujeres adecuadas, nuestro protagonista alcanza sus más anhelados sueños, sin
importarle las vidas que tenga que destruir para lograrlo.
La
lectura de esta deliciosa novela escrita a finales del siglo XIX es todo un
placer. El gran Maupassant abre en
canal a la sociedad de su época, nos muestra
su interior y nos dice: “¡Mirad cuán enfermos estamos!” A pesar de ser una
novela con un fondo profundamente pesimista, el tono no es por lo general crudo
o desesperado. Al contrario, la crítica aparece siempre unida a la comicidad y
juntas son el punto fuerte de Bel Ami.
Uno
de los grandes aciertos de Guy de Maupassant es el de elegir el mundo
periodístico como ambientación para su novela. El escritor, que trabajó como
periodista, conoce a la perfección los entresijos y tejemanejes de las
redacciones francesas y llena las páginas de Bel Ami de curiosidades y anécdotas que difícilmente un hombre
ajeno a ese universo podría describir con tanta naturalidad y precisión.
Georges
Duroy ejemplifica el estereotipo del seductor. Saca provecho de su encanto, su
descaro y su belleza para conseguir aquello que se propone. Consigue
encaprichar a las mujeres y convertirlas en sus cómplices con palabras de amor.
No obstante no es un personaje plano, prototípico. Duroy es en realidad un
hombre inseguro. Se avergüenza de sus orígenes humildes y, a pesar de que, a
medida que la trama avanza, su ego aumenta, parece que en el fondo es
consciente de su falta de talento real. Se siente muy inferior a aquellos que
le rodean y eso hace que no le importe
utilizar las tácticas más despreciables para medrar. Georges Duroy es un hombre
débil. A pesar de actuar de forma despreciable, necesita autoengañarse, Necesita
decirse a sí mismo que aquellos a los que pisotea se lo merecen. Que él es
digno de un futuro mejor y que por lo tanto debe alcanzarlo cueste lo que
cueste.
La
novela se desarrolla paralela a la figura del joven Duroy, que en su camino al
éxito se encuentra con otros interesantes personajes tales como Charles Forestier
(un falso periodista que se nutre del talento de su esposa), Madeleine Forestier (la hermosa e
inteligente esposa de Charles), o la fascinante Clotilde de Marelle (una mujer burguesa con gustos bohemios). Pocos
personajes, por no decir ninguno, se salvan de la quema de Maupassant y, a
pesar de todo, siguen siendo muy humanos y se nos muestran con sus luces y sus
sombras.
Guy de Maupassant critica con
gran talento y sinceridad tanto su propia profesión como la sociedad de su
propio país. Nos enseña un mundo donde importan más las apariencias que la
bondad, el verdadero talento o el esfuerzo.
Sin lugar a dudas recomiendo
encarecidamente esta novela y también invito a aquel que quiera a leer uno de
los relatos más conocidos y más brillantes de los muchos que escribió
Maupassant: Boule de Suif (Bola de Sebo), pues si bien el escritor
francés es un muy buen novelista, es también un escritor de cuentos fuera de
serie.
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