Por Andrea Leda Gómez Martínez.
Título: Submarino.
Título original: Submarine.
Autor: Joe Dunthorne.
Editorial: Punto de lectura.
Número de páginas: 421.
ISBN: 9788466326469.
¿Sabías que…?: Alex Turner, líder de la banda inglesa Arctic Monkeys, escribió varias canciones para la adaptación cinematográfica de Submarino.
La adolescencia siempre es una
etapa complicada, y lo es todavía más si te llamas Oliver Tate, vives en Swansea
(Gales), te has enamorado por primera vez de una compañera de clase con tendencias pirómanas
que sufre de problemas cutáneos y te sientes
en la obligación de salvar el matrimonio de tus padres del desastre. Asimismo, debes mantener tu reputación de “moderadamente
impopular” en el instituto mientras
estudias de vez en cuando. ¿Alguien da más?
Pues sí, porque, además de tener
que lidiar con la realidad exterior, Oliver tiene un rico, riquísimo, exuberante
y también algo extravagante-¿para qué negarlo?- mundo interior del que hacerse
cargo. El muchacho está obsesionado con diseccionar todo lo que siente, todo lo
que ve y todo lo que experimenta. También le gusta utilizar palabras que nadie
usa ni entiende tales como “eugenesia” o “monologofobia”. Se entretiene mirando
por la ventana de su habitación e imaginando (y llegando a creer) que una
familia vecina es zoroastriana o que su fisioterapeuta es pansexual.
Leer Submarino es dejarse atrapar por el carisma y el ingenio de su
protagonista, un personaje tan intenso como delirante y, en ocasiones,
irritante. Oliver se cree el centro del universo, y lo es (al menos de su
propio universo). Apenas entiende el mundo que le rodea, porque está absorbido
por sus propios pensamientos, y aun así le gusta controlar cada situación, cada
instante. A pesar de ser un joven inexperto, Oliver Tate cree estar en posesión
de la verdad universal y siente pena por sus pobres padres, que no logran
entenderle.
El protagonista de esta novela
puede hacer recordar a los lectores aquellos maravillosos, y (menos mal) ya
pasados quince años. Y por eso Submarino
nos saca una sonrisa cómplice en muchos momentos. Simpatizamos con Oliver,
con sus decisiones, con sus acciones, aunque a veces no nos parezcan las adecuadas, porque todos hemos sido adolescentes. Todos hemos querido encajar y al mismo
tiempo mantenernos fieles a nosotros mismos. Y aunque Oliver Tate es un
adolescente raro; muy, muy raro, vemos en él un poco de nosotros mismos.
En esta novela se alterna el
monólogo interior con el diálogo, con páginas de diario y listas tan absurdas
como graciosas escritas por el propio Oliver, que agilizan y hacen más
entretenida la lectura.
Sin duda, el personaje de
Oliver Tate brilla por encima de cualquier otro de los elementos de Submarino y tanto la trama como el resto
de personajes quedan difuminados de forma deliberada en comparación con la
figura del joven protagonista.
Al estar escrita en primera
persona, no conocemos ningún acontecimiento ni a ninguna de las personas que
rodean a Oliver Tate sin que hayan pasado antes por la mirada y el juicio del
quinceañero. De esta forma, podremos estar de acuerdo o no con la visión de
Oliver pero nunca podemos escapar de ella.
Se puede decir que ésta es una
novela cómica, dado que el sentido del humor y el ingenio del protagonista son
los elementos claves de Submarino.
Sin embargo, el drama está también muy presente en esta obra de Joe Dunthorne.
Oliver Tate parece utilizar el humor como defensa. Se burla de un mundo del que
no se siente parte. De esta forma, aunque Oliver se siente afectado por el distanciamiento
de sus padres, no es capaz de asumir cómo se siente sino que prefiere manipular
la realidad y reírse de ella. Oliver es un controlador: se siente frustrado
cuando las personas no actúan como él esperaba que lo hicieran.
A todos aquellos que hayan
leído El Guardián entre el centeno todo
esto les resultará familiar: una novela escrita en primera persona; un
adolescente carismático y extraño que nos narra su forma muy personal de ver la
realidad. ¿Es Submarino una versión actual de la más célebre obra de Salinger? La
influencia es innegable, sin embargo esta novela no es una copia de El Guardián entre el centeno. Y es poco
probable que nadie se decida a disparar a alguna estrella del rock después de
leer Submarino, lo cual es un punto a
su favor (aunque nada es imposible).
Si sientes curiosidad por
conocer a Oliver Tate, por leer sus extrañas ocurrencias, o por aprender el
significado de palabras como “nepente” o “euténica”, te recomiendo que leas
esta original novela que no te dejará indiferente.
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