domingo, 9 de noviembre de 2014

Freak Show: Edward Mordrake

Natalia Mitov

Edward Mordrake fue un noble inglés que tenía una doble cara en la parte posterior de su cabeza. Sorprendente, ¿no? Pues este hombre existió y su extraordinaria “deformidad” quedó registrada en varios libros. Así pues los creadores de American Horror Story se hicieron con la historia de Edward para así contar (de una forma fantástica) la historia de los personajes del circo. De ese modo, Edward Mordrake pasa a convertirse en un fantasma que se aparece en Halloween siempre que un fenómeno actúa y que ronda libremente hasta que consigue dar con uno cuya historia les emociona a él y a su cara diabólica. Entonces le mata y el fenómeno pasa a ser parte de su compañía de fenómenos de ultratumba.

Edward Mordrake llega al circo

Precisamente es Halloween y si Halloween es día de horrores, los de Ethel, la mujer barbuda, van a hacerse realidad. Ethel se muere. Al parecer el haber estado toda su vida empinando el codo le ha causado una cirrosis hepática y le quedan como muchos seis meses. Pero Ethel considera que ha vivido demasiado y decide volver a beber para acelerar el proceso, aunque no se olvida de hablar antes con Dell para que encargarle que cuide de Jimmy.

Mientras tanto, un nuevo fenómeno ha llegado al circo. Se llama Esmeralda y dice ser capaz de leer el futuro. Al principio Elsa no se lo cree y sospecha que es una farsante, pero tras dorarle un poco la píldora a la alemana, Esmeralda pasa a formar parte del circo. No obstante algo se esconde tras la carita de ángel de Esmeralda y es que en realidad forma parte de una pareja de estafadores. Parece ser que hay un museo que ofrece grandes sumas de dinero por órganos, esqueletos o cualquier cosa de gente con deformidades y los estafadores no van a dejar pasar esta ocasión. De hecho ya le han puesto el ojo encima a las siamesas.

Y hablando de ellas, Dot se ha venido arriba. Tras el éxito de su función, la cabeza borde se cree una estrella y se comporta como si lo fuera. Tal es su altivez que ha llegado al punto, no sólo de despreciar a Bette, sino que ha pensado en ahorrar dinero para pagarse una operación que las separe. Desgraciadamente una de las dos seguramente moriría, pero a Dot parece darle igual, ahora ella es una estrella y se debe a su público.

Dot sueña que la separan de Bette

Por eso mismo, decide ensayar a pesar de que Ethel les ha contado a todos la historia de Edward Mordrake. No obstante hay demasiados gallos, o mejor dicho, gallinas en este corral y tras escuchar las paparruchas de Esmeralda sobre productores de Hollywood, Elsa se ha motivado y quiere ensayar. Dot se mantiene firme, pero ten tú huevos a decirle que no a Elsa Mars y al final se va del escenario enfadada y nuestra Lange comienza a encantar Gods and Monsters de Lana del Rey. Entonces aparece la estrella de la noche, Edward Mordrake.

Paseándose libremente por el circo, Edward da con la caravana de Ethel y le pide que le cuente el momento más oscuro de su vida. Así, Ethel le cuenta cómo se enamoró de Dell y pasó de ser una artista que llenaba los teatros a ser un mono de feria que llegó hasta a vender el parto de su hijo como un espectáculo más. Edward Mordrake se emociona ante la vergüenza y el arrepentimiento de Ethel, pero no es la elegida.

Ethel cuenta la leyenda de Edward Mordrake

Se nos olvidaba Dandy. El niño mimado quiere disfrazarse, pero el traje que le ha comprado mamaíta no le gusta por lo que el niñito no tan niño decide hacerse su propio traje. ¿Al final de qué se disfraza? Pues de payaso. Así, con su nuevo outfit, Dandy coge y se va a ayudar a Twisty, quien obviamente no ha desaprovechado la ocasión para secuestrar más niños.

Hasta aquí el resumen de la primera parte de este episodio de Halloween. Vamos con la segunda.

Edward Mordrake sigue campando a sus anchas, escuchando historias de miseria, crueldad y sueños rotos por todo el circo hasta que finalmente llega a la tienda de Elsa. En un primer momento ella le confunde con un productor de Hollywood y empieza a darse aires de gran estrella hasta que él descubre su auténtica identidad. Pero Elsa no se amilana tan fácilmente y hace falta que la compañía de fenómenos de Edward le quiten a la alemana sus piernas ortopédicas para que Elsa se venga abajo y le cuente su historia a nuestro fantasma británico. Según cuenta, Elsa era una dominatrix muy famosa en la Alemania de la República de Weimar. Era la reina de la depravación y poco a poco fue adquiriendo tanta fama que había quienes la pagaban por mirar cómo “castigaba” a sus clientes. Tal era su fama que un día la contrataron para rodar una película. Imaginaos la cara de Elsa cuando la ataron a la cama y un hombre sacó una motosierra y le cortó las piernas. Así fue cómo Elsa Mars hizo su primera y única snuff movie. También esta vez Edward se emociona, pero parece que esta vez sí, Elsa es la elegida.

La dominatrix Elsa Mars

Esmeralda quiere llamar a su “abuelita”, más conocida como su compinche y para ello le pide a Jimmy que la lleve al pueblo. Todo bien hasta que toca volver al circo, momento en el que se topan con Twisty y una de sus víctimas que había intentado escapar. Entonces Jimmy no tiene mejor idea que seguirlo y él y Esmeralda dan con el escondrijo del payaso. Desgraciadamente Dandy les descubre y terminan siendo parte de una macabra función hasta que se las arreglan para escapar. Sin embargo Twisty consigue atrapar a Jimmy y se dispone a matarlo, pero entonces aparece Edward Mordrake y le pide a Twisty que le cuente su historia.

A partir de ahí todo cambia.

Freak Show se está viniendo arriba y la prueba es este capítulo. Para empezar los personajes ya empiezan a mostrarse tal y como son; Dot está empezando a ser egoísta, Dandy se está convirtiendo en un psicópata…Pero si hay algo que caracteriza esta temporada de American Horror Story, eso es la emoción. Ninguna temporada anterior ha llegado a tocarme tanto la fibra sensible como lo ha hecho Freak Show con la historia de Twisty, una historia que demuestra que el dicho de homo homini lupus  (el hombre es un lobo para el hombre) es verdad y que hasta el ser más inocente puede convertirse en un monstruo. Totalmente conmovedor. 

Twisty, el antes y el después

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