miércoles, 19 de noviembre de 2014

Historia de la arquitectura de Madrid (parte 2)


Período borbónico
Con Carlos II termina en España el reinado de los Habsburgo, y con él, un estilo arquitectónico característico con el que hoy conocemos al Madrid de los Austrias. El primer Borbón en llegar al trono español es Felipe V, y con él, llega desde Francia también un estilo completamente diferente, mucho más ornamentado, el barroco. Existe una cierta división de estilos durante este tiempo, en el que los límites son difusos, pero con diferencias claras entre uno y otro. Estos estilos son los siguientes.

- Barroco madrileño: Comienza a aparecer en los templos de la ciudad en el siglo XVII, pero su época dorada llega en el siglo XVIII. En ese período Madrid edifica en distintas corrientes barrocas, como la francesa, la italiana y la puramente madrileña.

Madrid tiene su propio arquitecto de este estilo, que es Pedro de Ribera. A él le debemos la construcción de uno de los puentes más peculiares de la ciudad, el Puente de Toledo, que sirve a la ciudad como entrada desde el sur, salvando el río Manzanares. El rey Felipe V le encarga el que hasta la fecha, era el edificio más grande de la capital, el Cuartel del Conde-Duque. Una de las mayores características del barroco madrileño está muy presente en este edificio, que es la portada tremendamente recargada y ornamentada, en contraposición a unos paramentos más bien desprovistos de filigranas.


Pedro de Ribera se encarga también de la construcción de diversos palacios, como el de Miraflores, el del Marqués de Ugena y el del Marqués de Perales, y de diferentes iglesias, como la de Montserrat, San Fernando, San Cayetano, San José. Otros notables arquitectos de la época son los hermanos Churriguera, José Benito, Alberto y Joaquín, quienes marcaron un lenguaje propio muy utilizado por el resto de arquitectos.


En la Nochebuena de 1734, estando los Reyes en el Palacio del Pardo, se declara un incendio en el Real Alcázar de la ciudad, en la alcoba del pintor de la Corte Jean Ranc. El devastador incendio arrasa descontroladamente  con el Alcázar hasta reducirlo a cenizas. Entonces los Reyes Felipe V e Isabel de Farnesio encargan al año siguiente un nuevo Palacio Real al arquitecto italiano Filippo Juvara. Éste fallece un año después, en 1736, y es su discípulo, el también italiano Juan Bautista Sachetti, quien se encarga de terminar las obras del imponente edificio a partir de 1738, quien se inspira en el los palacios de Bernini. A partir de ese momento, por petición expresa del Rey se introducen en España nuevos arquitectos franceses e italianos, que con el tiempo promulgarán el ascenso de los modelos neoclásicos. En este período del barroco madrileño se llevarán a cabo obras de gran importancia como el Convento de las Salesas Reales (Francisco Carlier) o la Basílica de San Miguel (Giacomo Bonavia).

 

- Barroco-clasicista: Ésta es una época de transición entre el barroco de la capital y el nuevo estilo que imperaba en Europa, el neoclasicismo. Éste período da comienzo con el ascenso al trono español de Carlos III. El Rey Fernando VI muere en 1759 sin descendencia, por lo que el trono vacante recae en manos de su medio hermano Carlos, que en ese momento reinaba en Nápoles y Sicilia. Allí trató de hacer de la capital, Nápoles, una ciudad digna de la Corte, trabajando en el aspecto y las mejoras en sus edificios públicos. El nuevo rey trae desde Italia sus propios arquitectos, entre los que se encuentra Francesco Sabatini, al que la ciudad de Madrid debe gran parte de sus hitos arquitectónicos más reconocibles. Es autor, entre otras obras de la Puerta de Alcalá, la Real Casa de la Aduana, la Real Casa de Correos, el Convento de las Comendadoras de Santiago o el Palacio de Godoy. También finalizó el proyecto de la Real Basílica de San Francisco el Grande, comenzado por Francisco Cabezas.

A – Puerta de Alcalá; B – Real Casa de la Aduana; C – Real Casa de Correos; D – Convento de las Comendadoras de Santiago; E – Palacio de Godoy; F – Real Basílica de San Francisco el Grande

La llegada de Sabatini a España como arquitecto de la cámara de la Corona afectó a muchos arquitectos locales, siendo el más damnificado Ventura Rodríguez, protegido del anterior monarca Fernando VI. Se vio destituido de proyectos que tenía en marcha, como la de la Real Casa de Correos en favor de Sabatini. Tras un período de decadencia en el que no recibe ningún encargo de la Corona, Ventura Rodríguez comienza a trabajar con otros grandes clientes, como el Ayuntamiento de Madrid, el Consejo o la Cámara de Castilla. Fue uno de los arquitectos más sobresalientes de la época, gran conocedor de la arquitectura de ese tiempo. Era uno de los alumnos aventajados de Juvara y supo asimilar como  ningún otro el lenguaje del barroco italiano para adaptarlo a la arquitectura de la capital.

A finales del siglo XVIII comienza a instaurarse en España el estilo neoclásico. Comenzó con el regreso a Madrid del arquitecto Juan de Villanueva, quien se encontraba en Italia completando su formación. Sus primeros trabajos los realiza en el Monasterio del Escorial, donde alcanza cierta madurez en el estilo. Después de esto se le encarga el diseño del Real Jardín Botánico, obra que con anterioridad fue encargada a Sabatini. Entre sus primeras obras en la capital destacan el Oratorio del Caballero de Gracia, el Observatorio Astronómico y el edificio del Museo del Prado, a parte del aspecto actual que muestra la Plaza Mayor. Juan de Villanueva es el referente español en cuanto a arquitectura neoclásica, dejando un legado de arquitectos que llevarán este estilo durante todo el siglo XIX.

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