jueves, 13 de noviembre de 2014

Las nuevas egologías

Por Raúl S. Saura

Título: En_línea. Leer y escribir en la red

Autor: Daniel Cassany

Editorial: Anagrama
Páginas: 282


En los últimos años, la humanidad ha experimentado un cambio sin precedentes en su historia, un cambio del que nadie la preparó y tras el cual apenas se orienta dando palos de ciego: las nuevas tecnologías, los ordenadores, móviles, internet y la comunicación instantánea entre varias personas en cualquier punto del globo, toda una herramienta única nunca antes tenida a nuestra disposición. Desde entonces somos capaces de acceder a la comunicación instantánea o a la posibilidad ilimitada de entretenimiento. Y a mucho más, como la oportunidad de intercambiar conocimientos e ideas, una auténtica mina intelectual. Pero una vez todos nos volvemos conscientes de la importante ayuda de estos artefactos, surge el siguiente problema: ¿cómo aprovechar todo su potencial sin perdernos en la vorágine cibernética?

Aquí entra en juego Daniel Cassany (Barcelona, 1961), profesor de Análisis del Discurso en la Universidad Pompeu Fabra y su libro que nos ocupa. En este, Cassany comienza con la revolución que las nuevas tecnologías (mayormente internet, en minúscula por común) han supuesto en el mundo de la educación, su mundo, y partiendo de la base de que desde la red todo ha cambiado en nuestro día a día, en nuestras vidas académicas, y pretende ayudarnos. Ayudarnos a convertirnos en expertos usuarios de las novedosas herramientas a nuestra disposición desde hace muy pocos años y conseguir aumentar nuestra capacidad de aprender y estudiar por medio de estas tecnologías.

El autor insiste en el impacto de las redes sociales, plataformas educativas, chats… primordialmente desde su perspectiva de educador y cómo podemos utilizar esta nueva serie de municiones para conseguir un aprendizaje dinámico. Pretende aplicar las nuevas tecnologías al proceso de enseñanza dentro y fuera de las aulas, puesto que también son válidas como forma de mantener la comunicación entre el profesor y sus pupilos más allá del horario académico. Cassany visiona los viejos modos de aprendizaje basados en pizarra, libros y deberes como unidireccionales (solamente del maestro a los alumnos) y por tanto incompletos y arcaicos. Si los móviles y ordenadores inundan nuestras vidas, ¿por qué no también nuestras vidas profesionales?

Desfasadas aquellas prácticas, han de ser sustituidas por los ordenadores, pizarras electrónicas, Moodle… y su presencia en las aulas. Se muestra favorable a la posibilidad de que alumnos y profesores mantengan el contacto en horarios distintos a los de clase en busca de un aprendizaje más dinámico al deber los estudiantes mostrarse más participativos, bidimensional (los profesores deben estar atentos a las dudas de sus pupilos, al progreso de su aprendizaje, incluso aquello de “aprender de ellos”) y mucho más creativo, interesante. Moderno, en definitiva. La proclama no mentada del autor consiste en “tecnología o morir”. Complementa la lectura con la inclusión de datos curiosos, como España siendo el segundo país del mundo con mayor número de licencias Moodle después de EEUU, según datos de 2012. O, mi favorito, un estudio (Nature, Giles 2005) que demuestra que la Wikipedia contiene menos errores o inexactitudes que la Enciclopaedia Britannica.

La creatividad en internet también queda presente con referencias y ejemplos tomados de fanfic, historias realistas, blogs etc… compaginados con el tratamiento de wikis o diversas páginas educativas de distinta procedencia (universidades, laboratorios de redacción, instituciones lingüísticas y demás). Señala las diversas posibilidades que tiene la red, al mismo tiempo insiste constantemente en lo dinámico de la misma al poder recurrirse a la multitarea. Al lector no le queda ninguna duda de la devoción de Cassany por las nuevas tecnologías, así como de las ingentes capacidades de aprender en base a ellas. Pero irremediablemente uno termina este necesario libro harto del ego del escritor, dispuesto a sacarlo a relucir a la mínima cual gurú a seguir innegociablemente. La intención soberbia de Cassany, transmitiendo veladamente el gran mensaje del texto: “querido lector, sé más que tú de ordenadores", exaspera a todo aquel que se acerque. Valioso texto acerca del uso de las nuevas tecnologías, pésima muestra de la egolatría académica. Brillante, eso sí, del servicio que proveen estas modernidades para la entronización del ego. De las nuevas egologías. Y sin embargo, dentro de diez años el libro quedará tan desfasado como todo cuanto condena y de Cassany quizás sólo perdure su amor propio, trazado sobre cada una de las doscientas páginas. Como las pizarras y libros tan fanáticamente odiados, es demasiado grande como para desaparecer.

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