jueves, 1 de enero de 2015

Tocando techo en 90 días. Sky City One



Primer post de año, y para comenzar, a parte de la correspondiente felicitación del nuevo año, algo que puede convertirse en el mayor hito arquitectónico de estos últimos. Se trata del edificio más alto del mundo. Y no me refiero a la archiconocida y más que documentada Burj Khalifa de Dubai, sino el Sky City One, en la ciudad china de Changsha. Se trata de un edificio especial no sólo por contar con 838 metros de altura (10 más que la Torre Khalifa), sino por el hecho de que esa pila de metros pretenden ser levantados en 90 días. Parece de locos pensar que en tres meses, donde no hay nada, vaya a haber un edificio así, pero son chinos, y ya han demostrado en numerosas ocasiones que son capaces de cosas increíbles. La última, de hecho, fue cuando la constructora que lleva este proyecto, Broad Sustainable Building (BSB), levantó un hotel de 30 pisos en 15 días.


Se trata de un rascacielos prefabricado, sus piezas vienen a falta del montaje de la fábrica, por lo que en realidad el tiempo de construcción no son 90 días reales. Esto no le quita espectacularidad al hecho de levantar esta mole en ese tiempo, ya que le ritmo de montaje debe ser frenético. Esta rapidez se da gracias únicamente a la construcción de un 95% del edificio mediante la tecnología modular de estructuras metálicas prefabricadas.


Este tipo de construcción trae consigo muchas ventajas. Entre ellas, destacan por ejemplo la rebaja en la utilización de cemento y hormigón y que genera muchos menos residuos. Otra enorme ventaja es la reducción en los costes totales de la obra. En comparación con el presupuesto del Burj Khalifa o la Torre Shangai, la diferencia es bastante significativa. El Sky City One costará 628 millones de dólares, y las otras dos, 1.500 y 2.200 millones respectivamente. A parte, este tipo de construcción es capaz de aguantar incendios de tres horas y terremotos de nueve grados en la escala de Richter, pudiéndose evacuar la totalidad del edificio en 15 minutos. Las ventajas medioambientales no se limitan a la reducción en la utilización de cemento y hormigón. La torre tendrá un revestimiento aislante de 15 centímetros, y los vidrios de su fachada serán de cuatro capas, que permiten frenar la pérdida de calor de manera más efectiva. Para terminar, en la construcción de este enorme edificio se utilizará una quinta parte de la energía que se hubiera utilizado en cualquier otra edificación similar construida de manera tradicional. Aunque no todo iba a ser perfecto, por desgracia. Por lo menos para mí, el gran defecto de esta torre y su método constructivo es que se deja a un lado el diseño, ese algo artístico que tanto impresiona en los rascacielos y que hace de ellos estandartes no sólo de la ciudad en la que se ubican, sino en muchos casos, de los países. La torre será mucho menos esbelta que otras de similares características, y su imagen incluso puede llegar a recordar (salvando diferencias en altura y materiales) a edificios de la edad soviética como el Palacio de la Cultura y la ciencia de Varsovia.


En su interior, la torre se convertirá en una auténtica ciudad vertical. Contará con un total de 220 pisos, que se traducen a su vez en 1.000.000 de metros cuadrados aproximadamente. Esta superficie se repartirá entre más o menos unas 31.400 viviendas, aptas para todos los estratos sociales, zonas comerciales, escuelas, hospitales, oficinas y restaurantes. El edificio contará con un total de 104 ascensores, que serán las calles y autovías de esta ciudad, y todo esto será posible gracias a las 200.000 toneladas de acero que se invertirán en él. Los números en esta mole no dejan de apabullar.

Os dejo un vídeo de presentación de este proyecto:

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