jueves, 26 de marzo de 2015

Promesas del Este

Por Ramón Ruestes Faire


Prometedora obra

Hoy nos centramos en Promesas del Este, una obra de suspense del 2007, dirigida por David Cronenberg. El encanto de la película es el protagonismo aparente de la semidiosa Naomi Watts y la participación de Vincent Cassel. Una película en clave de suspense sobre la mafia rusa y la prostitución, un ámbito ampliamente desarrollado tanto en cine como en literatura.

La película nos cuenta la historia o los entresijos de un clan de la mafia rusa en Londres y la muerte de una adolescente en sus manos. Ambos argumentos coprotagonizan la obra.

Falsas promesas para el reparto

David Cronenberg, director canadiense, destaca por películas como Crash (1996), Una historia de violencia (2005) o la reciente Maps to the Stars (2014), entre muchas otras obras. Un auténtico veterano del cine tanto por sus numerosas obras como por su faceta como actor en films como Jason X (2001) o Resurrection (1999), entre otros.

Realmente, los dos actores que me han movido a ver esta película son los que menos destacan. La semidiosa Naomi Watts es sobradamente conocida por sus trabajos. A sus 46 años, la preciosa actriz inglesa destaca por muchos títulos, entre los cuales me gustaría destacar The Ring (2002), 21 gramos (2003) y la merecidamente exitosa Lo imposible (2012). En esta ocasión interpreta a Anna, una comadrona de un hospital de Londres que se topa con la muerte de una adolescente y con el clan que la disponía. Su personaje sin duda es uno de los peores de la obra, junto con el de Vincent Cassel. El desarrollo de Anna en la película es errante. Aun siendo coherente, no aporta más que un complemento estéril al film. Cumple, sí, Naomi cumple como de costumbre, aunque para cumplir con papeles así no hace falta una estrella como ella.

Otro caso similar es del de Vincent Cassel. El actor francés de 48 años también cuenta con una larga carrera en la gran pantalla y, al igual que Naomi, desprende talento en cada película en la que participa. Participó en la obra maestra del Cisne negro (2010) y en Trance (2013) e hizo un papel fantástico papel en El monje (2011). En esta ocasión interpreta a Kirill, hijo del jefe del clan. Un personaje alocado, incluso estúpidamente odioso, que únicamente complementa el clan. Su trabajo es bueno, su personaje no es más que un simple peón a las manos del director aunque, al igual que Anna, tengan un papel fundamental en el argumento.

El peso de la obra lo lleva Nicolai. Hablaría de sorpresa si no fuera porque lo interpreta Viggo Mortensen. El actor norteamericano de 56 años tampoco necesita presentación. Destacaría su participación en la saga de El señor de los anillos (2001 – 2003) y protagonizando La carretera (2009), aunque su carrera es extensa, al igual que su talento. En esta ocasión interpreta al chófer del clan, su interpretación de un hombre misterioso, serio y con atisbos de bondad destaca por encima del resto. Viggo consigue transmitir de maravilla todo lo que su personaje precisa, hecho que le consagra como el auténtico protagonista de la obra.


Luces y sombras en Londres

Como cuarto personaje de la obra me gustaría destacar el clan en sí. Si la idea es transmitir una familia mafiosa desubicada en el tiempo o en el lugar, sin duda lo consigue. Un clan que no inspira miedo, ni respeto, ni magnificencia. Las instalaciones que se muestran a nivel de la prostitución son muy de andar por casa y el personal de la misma igual. Ninguno de sus integrantes, empezando por el padre y siguiendo por el hijo o el propio chófer inspiran temor, una adjetivo que ha sido indispensable en toda la historia cinematográfica de la mafia. A nivel de culto, tenemos una obra maestra como El padrino (1972) que plasma el temor de la mafia en todas sus escenas. A un nivel más terrenal, la obra me recuerda mucho a la infravalorada serie The Mob Doctor (2012 – 2013), la cual guarda muchas similitudes con la película que tratamos. En referencia a esta serie, el personaje de William Forsythe como jefe de la mafia es infinitamente superior al de Armin Mueller-Stahl y el de Jordana Spiro al de la propia Naomi.

El argumento tampoco ayuda al desarrollo de la obra. Aunque la trama avance a un ritmo más o menos constante, todas las tramas que se suceden carecen de la profundidad necesaria. Tanto la trama de Anna y la adolescente muerta como el pulso interno dentro del clan (he sido generoso en la descripción de esta última) no se profundizan lo suficiente. Tramas demasiado superficiales para el tipo de film que se pretendía. El final, inexplicablemente forzado.

También destacaría el bilingüismo que se deprende durante toda la obra. Los personajes alternan el inglés con el ruso (bueno viéndola doblada, el español con el ruso) de forma aleatoria. No hay una pauta para elegir un idioma u otro, ni en relación a la intensidad del mensaje que se quiera transmitir ni en relación a su receptor. El uso correcto de ese recurso hubiera sido otro matiz más para transmitir la seriedad del clan, una seriedad que finalmente no transmite.

Dicho lo dicho, la obra tiene puntos positivos a recalcar. En ningún momento se esconde la poca violencia que hay. Dado el insípido clan que escenifica la película, plasmar de forma explícita la violencia que desprende la obra es un gran acierto, tanto a nivel de sangre como de violencia física. Los tatuajes también constituyen un punto positivo a la película. La explicación de los dibujos corporales, así como su significado o su relación con la cárcel contribuyen, al igual que la violencia, en un intento de impartir seriedad en el clan.

La lectura pausada del diario a lo largo de toda la obra a través de la voz de la adolescente intenta transmitir la punta dramática de la obra. Acompañada de otras circunstancias hubiera sido un complemento fantástico, pero la carga dramática se basa exclusivamente en eso y no es suficiente.

En resumen, Promesas del Este es una obra con muchas sombras y pocas luces. Una obra demasiado ligera, con poca intensidad en la trama y en los personajes. Destaca el fantástico papel de Viggo Mortensen y puntuales escenas de violencia.


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