domingo, 18 de mayo de 2014

Quinta Temporada de Glee: Cuando ya no da para más (Por Marisa Lobo)


La quinta temporada de Glee ha sido la inconstancia hecha serie. Esta temporada que consta de 20 capítulos únicamente, empezó en a finales de octubre del año pasado y acabó esta semana y es la única hasta el momento donde Finn Hudson no aparece debido a la muerte de Cory Montreith, el actor que le daba vida, el 13 de julio del año pasado. El capitulo con más audiencia fue sin duda The Quarterback, el capitulo dedicado a Finn donde los personajes afrontan la perdida de su hasta entonces líder, pero ese no ha sido el único guiño que han tenido hacia el personaje durante toda la temporada. 

Para entender la crítica a la temporada solo hay que ver los números de la serie que han ido en descenso desde ese tercer episodio pasando de 7'39 millones de espectadores a un final de temporada con 1'87. Desde la tercera temporada las cosas solo han ido en descenso, el publico que ganaron con la plantilla original en Lima ha ido formando un desencanto con la serie comprensible cuando todo ha ido cambiando y no precisamente a mejor. En esta temporada donde los últimos integrantes originales de la primera temporada se gradúan y se van del McKinley parecía que Glee se desmontaba solita hasta que mágicamente volvieron a unirse en Nueva York para los últimos episodios y se volvía a oler la mezcla que una vez llevó a Glee a lo más alto de las listas de audiencia. 

No voy a hablar de la primera parte de la serie porque salvo ese tercer episodio, que nos ablandó el corazoncito hasta a los más duros, no merece el esfuerzo, pero la parte de Nueva York sí merece un repaso. Me encanta la incursión de Rachel en Broadway y que por fin llegue a ser su adorada Fanny Brice aunque no entiendo demasiado la prisa que se están dando para darle otros planes de futuro. Por otro lado, Mercedes y Sam empezaron a salir y no duraron ni tres episodios cosa que me duele en mi corazoncito de gleek porque eso era carne de OTP. Kurt y Blaine siguen felizmente prometidos y la audiencia grita "¡BODA, BODA!" aunque parece que no nos escuchan y por último nos quedan los dos grandes descolgados de esta mezcla triunfadora: Santana, a la que eché tremendamente de menos en el último episodio y Artie, que en esta temporada más que nunca (y obviando el tema ETS) ha sido junto a Pamela Lansbury el relleno más relleno de los rellenos.

No entiendo a Ryan Murphy y siento que jamás lo haré. Opino como seguidora de la serie desde su más tierna primera temporada que el futuro de la misma no está en Lima si no en la trama de Nueva York con los personajes que hemos visto crecer los últimos 5 años (por mucho que me duela matar a Unique, a la cual amo con fervor). La sexta temporada está ya anunciada para el 2015 y será la que dé cierre a Glee. 

P.D Mi apuesta de final de serie está en que Glee es The untitled Rachel Berry Project  y todo es un sueño de Resines. Vosotros diréis. 

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