domingo, 26 de octubre de 2014

RIJEKA Y CÓMO DIBUJAR SU HISTORIA

Por Nano Fernández
El reto fácil no es. Arquitectura es una carrera que te ofrece día sí, día también, quebraderos de cabeza como éste. ¿Cómo representar en un A1 la Historia de una ciudad, de manera, no sólo verídica y científica, sino también plástica, estética y potente? El reto dejaría de serlo tanto si la propuesta fuera para Tres Cantos por ejemplo, en Madrid, una ciudad con unos cuarenta años de historia sólo, pero cuando la ciudad que nos toca tiene datos de asentamientos desde el Neolítico, ahí la cosa se complica. La ciudad en cuestión es Rijeka, en Croacia. Y no sé si por suerte o por desgracia, la ciudad está situada en el sitio perfecto para que la invada el primero que pase por allí, por lo que ha pasado por más manos de las que uno puede asumir. Pero bueno, después de unas pocas semanas de intensa recopilación e ingesta de información histórica, el orgulloso grupo cuatro hemos traído al mundo este, a mis ojos, precioso A1.
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Lo que aparentemente parece una melé de datos, símbolos, colores y líneas colocadas sin ningún criterio ni atisbo de vida inteligente, es en realidad el orden pluscuamperfecto. Todo tiene su sitio y su lugar, tanto en el plano físico como en el histórico. Al tratarse de un plano que analiza la historia del lugar, tenemos que ser conscientes de que en un mismo sitio han podido pasar mil y una cosas a lo largo de los siglos, por lo que el orden es básico. A cada época un color, a cada hecho significativo un símbolo, y a cada construcción remarcable un diferenciador en particular. Lo que en apariencia parece un caos se ordena sólo, y se convierte en legible delante de nuestros ojos, mostrándonos miles de años en un vistazo.
En este A1 se muestra la imagen potente del trabajo, pero viene acompañado de un cuaderno A3 con más planos, más diagramas, esquemas y gráficos, más datos e información que ha hecho de este estudio histórico el más riguroso que he hecho en mi vida. Y además, una maqueta escala 1:5000 que hemos hecho entre toda la clase y que, modestia a parte, nos ha quedado para enmarcar.
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Ha sido divertido, entretenido, interesantísimo, y salvando las tensiones normales y absurdas que generan un grupo de ni más ni menos siete personas, ha sido el trabajo del que más he aprendido. Con la perspectiva que da un fin de semana de descanso puedo decir que ha sido más que un trabajo, una oportunidad. Una oportunidad de aprender nuevas formas de trabajo, gente nueva, maneras de afrontar retos, distintos puntos de vista desde los que ver  y estudiar las ciudades.
Y ahora nuevos retos. La siguiente parte del curso se trata de construir una torre en el puerto. Aunque a mi me parece un crimen plantar un edificio de esas características en una ciudad con un frente portuario tan peculiar como Rijeka, a algún sitio tendremos que llegar. A ver qué sale de todo esto…

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