lunes, 10 de noviembre de 2014

Pío Wandosell, un minero de época

Por José Sánchez Conesa "El tío del saco"

Gonzalo Wandosell, con su libro, ante la casa de Cartagena que fue de su bisabuelo.  

Muchos ciudadanos conocen el Huerto Pío que gestiona la Fundación Sierra Minera, si bien no conocen casi nada al personaje que le da nombre: Pío Wandosell. Por ello, su biznieto Gonzalo Wandosell Fernández de Bobadilla se ha encargado de acometer la biografía de este minero emprendedor en su libro: Pío Wandosell Gil. Memorias extraviadas de un empresario audaz. Retrato de una época: La Unión 1868-1920. Una obra muy bien documentada por la gran investigación archivística llevada a cabo por su autor, que nos presenta igualmente un gran aparato fotográfico para ilustrar cuanto nos cuenta.

Nuestro personaje nació en Alhama de Almería pero con veinte años de edad se presentó en Las Herrerías, perteneciente a El Garbanzal, término municipal de Cartagena, posteriormente convertido en municipio propio con la denominación de La Unión. Vino por el efecto llamada del 'boom' minero pues a otros paisanos almerienses les había ido muy en la nueva tierra de promisión.

El apellido Wandosell llama la atención por su rareza entre nosotros, aunque Gonzalo Wandosell, padre del autor y nieto de Pío, tenga una presencia notable en los medios como histórico dirigente del Partido Cantonal.

Bucea Gonzalo en los orígenes del clan y para ello se retrotrae al Puerto de Santa María, cuando numerosos comerciantes extranjeros lo pueblan para aprovechar el gran volumen de negocio que generaba. Todo debido a la ubicación en Cádiz, durante el siglo XVIII, de la Casa de Contratación, entidad canalizadora de las relaciones comerciales con la América Hispánica. El origen de los Wandosell es flamenco de Flandes, afincados en el Puerto por tal motivo. 

Origen en Flandes

Pío comenzó como fundidor, constituyendo su propia empresa: la fundición Dos Hermanos. Compraba los minerales a otros pero decide adquirir su propia mina en Mazarrón, de nombre Talía, muy rica en galena argentífera. Ya la habían trabajado los romanos.

Estuvo asociado con otros grandes empresarios como Miguel Zapata Sáez, el mítico tío Lobo, o Álvaro de Figueroa, conde de Romanones. Fue propietario de varias fincas agrícolas de secano y regadío en Orihuela, Torre Pacheco, San Javier, La Unión, Alumbres, El Estrecho y El Beal, actuando como mayorista de productos agrarios como el trigo, del que fue un gran exportador a Estados Unidos. También se dedicó al alquiler de casas y locales comerciales. Su afán emprendedor le llevó a contar con participaciones en sociedades como el Banco de Cartagena (su precursor fue el conde de Romanones, en 1900), la Compañía Cartagenera de Navegación, la Popular Eléctrica Cartagena, The Carthagena and Herrerias Stean Tramways Co Ltd, Sociedad de Aguas Santa Bárbara, Sociedad de Aguas Los Cartageneros y la Compañía de Seguros La Estrella.

En Orihuela fue suministrador de fluido eléctrico y contratista de alumbrado público. Ganó el concurso para la construcción de un dique seco en el Arsenal Militar de Cartagena, de gran importancia desde el punto de vista de la defensa militar y de la creación de puestos de trabajo.

República y cantón

Militó en el Partido Republicano siguiendo la estela de su paisano de Alhama Nicolás Salmerón y de Emilio Castelar, a los que les unió estrechas relaciones de amistad, ambos presidentes de la I República Española. Don Pío, como era conocido por todos, mostró simpatías por la revolución cantonal de 1873, aunque la guerra, como todas, tuvo consecuencias negativas para la actividad extractiva y los negocios en general. Aunque no pasó de concejal de La Unión, porque todo apunta a que no tuvo la suficiente pasión política para emprender una carrera provincial o nacional, sí mantuvo vínculos relevantes con diputados nacionales y ministros. Gonzalo indica que su nombre sonó en varias ocasiones como candidato al Congreso de los Diputados por la circunscripción de Cartagena. El periódico El Palenque, en su edición del 25 de enero de 1898, celebra tal posibilidad porque ello supondría que el pueblo entre en las instituciones frente a los políticos profesionales.

Contribuyó económicamente en la edificación del Hospital de Caridad de Mazarrón y como vecino de La Unión ayudó a los maestros de escuela, a la construcción del templo dedicado a Nuestra Señora del Rosario y a la restauración de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, del barrio de El Garbanzal. Formó parte de la Junta Popular del Hospital Minero de La Unión, inaugurado en 1883 y realizó su aportación económica al levantamiento del Hospital de Caridad de Portmán. Trabajó en varias empresas político-sociales como fueron las gestiones para evitar el cierre del juzgado de La Unión, la construcción de la carretera de La Unión a San Javier, el Asilo de Huérfanos de mineros, el Liceo de Obreros, la Cocina Económica etc.

Pío Wandosell fue respetado por los trabajadores cuando se levantaron violentamente contra los abusos de los propietarios mineros en el asunto de los vales. Incluso lo buscaron para mediar en el conflicto laboral.

Nuestra felicitación al biznieto, un profesor universitario que es todo un sabio en cuestiones cinematográficas. Recuerdo cuando me anunció el proyecto de su libro: fue en el homenaje que el Festival del Cante de las Minas de La Unión realizaba al cantaor El Rojo el Alpargatero, en la figura de su nieto, residente en Perú. El Rojo, otro personaje legendario de nuestra historia y del 'boom' minero.

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